Botox durante la lactancia materna 

El Botox se administra mediante inyección directamente en el músculo. Actúa bloqueando la actividad de los nervios en el área en la que se inyecta, lo que provoca una parálisis del músculo. 

Las inyecciones de Botox se reconocen como seguras y, hasta el momento, no se ha informado que se transfieran de madre a hijo. Pero las inyecciones de Botox contienen neurotoxinas que pueden ser peligrosas en grandes dosis.

La enfermedad o infección causada por toxinas botulínicas se llama botulismo. El botulismo puede poner en peligro la vida, especialmente en mujeres embarazadas, bebés, personas inmunodeprimidas o con afecciones gastrointestinales.

Aunque algunas investigaciones han encontrado que las toxinas botulínicas pueden ser demasiado grandes para atravesar la placenta durante el embarazo, se recomienda a las mujeres embarazadas y lactantes que eviten las fuentes potenciales de la toxina, incluidos ciertos alimentos.

Por lo tanto, en la mayoría de los casos, las mujeres lactantes deben evitar someterse a procedimientos cosméticos que impliquen Botox o fillers